Los berrinches
son una parte común del desarrollo infantil, pero su comprensión puede resultar
desafiante para padres y la gente que rodea al infante. Este artículo explora
la conducta de los niños cuando se tiran al suelo llorando, analizando sus
posibles causas y ofreciendo perspectivas basadas en la literatura científica.
DESARROLLO DE LA CONDUCTA: Los
berrinches, a menudo caracterizados por llanto intenso, pataleo y, en algunos
casos, tirarse al suelo, son una forma de expresión emocional en niños
pequeños. Según estudios como el de Potegal y Davidson (2003), estas conductas
pueden ser una respuesta a la frustración, la incapacidad para comunicar sus
necesidades o la falta de habilidades emocionales para manejar situaciones
difíciles.
FACTORES CONTRIBUYENTES: Diversos
factores pueden desencadenar los berrinches y la conducta de tirarse al suelo.
La falta de habilidades lingüísticas para expresar lo que sienten, la necesidad
de atención, la búsqueda de autonomía y la frustración ante la negativa de
deseos son factores comunes. Además, la investigación de Leung y Slep (2006)
sugiere que factores genéticos y ambientales también desempeñan un papel en la
susceptibilidad de un niño a experimentar berrinches.
DESARROLLO COGNITIVO Y EMOCIONAL:
El desarrollo cognitivo y emocional de los niños también influye en la
frecuencia y la intensidad de los berrinches. Estudios como el de Eisenberg et
al. (1996) destacan la importancia de desarrollar la inteligencia emocional en
los niños, ayudándolos a comprender y regular sus emociones, lo que puede
reducir la incidencia de conductas disruptivas.
ENFOQUES PARENTALES Y
CONSECUENCIAS: Como los padres y las personas que rodean a los niños respondan
a los berrinches puede tener un impacto significativo en el desarrollo
emocional del niño. Investigaciones de Dix, Ruble y Grusec (1986) sugieren que
las respuestas consistentes y comprensivas fomentan la seguridad emocional,
mientras que la inconsistencia en la respuesta puede contribuir a
comportamientos disruptivos a largo plazo.
INTERVENCIONES Y ESTRATEGIAS: La
literatura también destaca la eficacia de ciertas estrategias para manejar los
berrinches. La técnica de "ignorar el comportamiento" después de
asegurarse de que el niño esté seguro, así como enseñar habilidades de
afrontamiento y comunicación, son enfoques recomendados por expertos como
Patterson (1982) y Webster-Stratton (2005).
Entender la
conducta de los niños cuando se tiran al suelo llorando implica considerar una
variedad de factores, desde la genética hasta el entorno familiar. La
aplicación de estrategias consistentes y basadas en el desarrollo emocional
puede contribuir a la reducción de los berrinches y al fomento de habilidades
emocionales saludables en la infancia.
Referencias Bibliográficas
Potegal, M., & Davidson, R.
J. (2003). Rabietas en niños
pequeños: 1. Composición conductual. Pediatría del desarrollo y del
comportamiento, 24(3), 140-147.
Leung, D. W., & Slep, A. M.
S. (2006). Predecir una disciplina: el papel de los síntomas depresivos, la ira
y las atribuciones de los padres. Revista de Consultoría y Psicología Clínica,
74(3), 524–534.
Eisenberg, N., Cumberland, A.,
& Spinrad, T. L. (1996). Socialización parental de las emociones.
Investigación psicológica, 7(4), 241–273.
Dix, T., Ruble, D. N., &
Grusec, J. E. (1986). Cognición social en padres: reacciones inferenciales y
afectivas ante niños de tres años de edad. Psicología del desarrollo, 22(3),
441–449.
Webster-Stratton, C. (2005). Los
años increíbles: una guía de solución de problemas para padres de niños de 3 a
8 años. Seattle, WA: Incredible Years.